Miedos infantiles: Raptos y asaltos reemplazaron a los monstruos
¿A qué temen los niños? Hace unos años, a las que brujas, los monstruos y al mítico viejo del saco. Hoy esos temores están en retirada para dar paso a otros más complejos.
Actualmente, los pequeños tienen miedo a ser raptados o a que sus casas sean asaltadas, un problema que los especialistas ven con mayor frecuencia y que puede tener graves consecuencias para su salud futura.
Tienen apenas 4 años: no saben leer ni escribir; recién están conociendo las primeras letras, están en proceso de aprender a vestirse y comer solos. Son niños pequeños dependientes de sus padres, pero a la hora de asustarse su mundo está lejos de ser infantil.
Una realidad que se repite en todo el mundo: la fantasía: las brujas, monstruos y el hombre del saco están en retirada para dar paso a la más cruda de las realidades.
En Chile y el extranjero las investigaciones muestran lo mismo: el principal temor es a la muerte de un ser querido; le siguen el rapto y los asaltos. De hecho, más del 90 por ciento de los niños vive con esos miedos.
En esos casos puede aparecer lo que los médicos denominan miedo patológico: un temor persistente que no abandona al niño y que ante todo lo invalida e impide que realice sus actividades habituales.
El miedo intenso tiene repercusiones en el organismo del niño, cuyo cuerpo secreta un exceso de sustancias químicas como la llamada hormona del stress: el cortisol.
Ese niño puede tener en el futuro una serie de trastornos de angustia, fobias, pero ante todo una desregulación de sus emociones.
Los profesionales advierten que antes de los 9 años un niño no debe estar expuesto a informaciones tan impactantes como esa, ya que no lo puede procesar adecuadamente.
Pero si ocurre, el antídoto es el más sencillo de todos: el cariño y la contención, ya que el amor no es un sentimiento abstracto, también provoca la secreción de la llamada hormona de la calma y la felicidad: la oxitocina; un remedio para el cortisol.
Actualmente, los pequeños tienen miedo a ser raptados o a que sus casas sean asaltadas, un problema que los especialistas ven con mayor frecuencia y que puede tener graves consecuencias para su salud futura.
Tienen apenas 4 años: no saben leer ni escribir; recién están conociendo las primeras letras, están en proceso de aprender a vestirse y comer solos. Son niños pequeños dependientes de sus padres, pero a la hora de asustarse su mundo está lejos de ser infantil.
Una realidad que se repite en todo el mundo: la fantasía: las brujas, monstruos y el hombre del saco están en retirada para dar paso a la más cruda de las realidades.
En Chile y el extranjero las investigaciones muestran lo mismo: el principal temor es a la muerte de un ser querido; le siguen el rapto y los asaltos. De hecho, más del 90 por ciento de los niños vive con esos miedos.
En esos casos puede aparecer lo que los médicos denominan miedo patológico: un temor persistente que no abandona al niño y que ante todo lo invalida e impide que realice sus actividades habituales.
El miedo intenso tiene repercusiones en el organismo del niño, cuyo cuerpo secreta un exceso de sustancias químicas como la llamada hormona del stress: el cortisol.
Ese niño puede tener en el futuro una serie de trastornos de angustia, fobias, pero ante todo una desregulación de sus emociones.
Los profesionales advierten que antes de los 9 años un niño no debe estar expuesto a informaciones tan impactantes como esa, ya que no lo puede procesar adecuadamente.
Pero si ocurre, el antídoto es el más sencillo de todos: el cariño y la contención, ya que el amor no es un sentimiento abstracto, también provoca la secreción de la llamada hormona de la calma y la felicidad: la oxitocina; un remedio para el cortisol.
- Para ver el video de esta noticia, aparecida en tele13, click acá!
Eduardo Bravo Lange
Coordinación de la Asignatura
Coordinación de la Asignatura
1 comentarios: on "Los Nuevos miedos infantiles"
La pregunta precedente sería entonces: ¿donde están los padres quienes dan cabida a que sus hijos capten noticias de fuerte contenido? O será que la misma inconciencia que genera la sobre-estimulacion del medio televisivo impida poner atención debida a lo que ocurre en el hogar familiar. A quién no le ha pasado en su infancia que, al morir una persona imagina revivirla, o que al ver un secuestro cree que van a venir por uno mismo. El miedo persecutorio claramente es una problematica seria, como también lo puede ser futuramente, la desregulación emocional.
Publicar un comentario